AÑO I - Nº1, DICIEMBRE 2002
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ISSN 0718-123X   

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PRESENTACIÓN
EDITORIAL
 

Instituciones sordas y ciudadanos mudos .
Eolo Díaz-Tendero E. (Depto. Gobierno y Gestión Pública)

 

Estabilidad macroeconómica, crecimiento y equilibrio fiscal: El caso del presupuesto 2003.
- Leonardo Letelier S. (Depto. Gobierno y Gestión Pública)

 
Vigencia de Maquiavelo.
Carlos Miranda V. (Depto Ciencia Política)
 
¿Hacia un nuevo modelo de universidad?.
Raúl Urzúa F. (Depto. Políticas Públicas)
 
La cobertura de la información sobre seguridad ciudadana por parte de los medios de comunicación.
Hugo Fruhling - Cecilia Dastres. (Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana)
 

NUMEROS ANTERIORES

 

La cobertura de la información sobre seguridad ciudadana por parte de los medios de comunicación

Hugo Fruhling / Cecilia Dastres
Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana

Las diferencias existentes entre los niveles de temor al delito y la realidad -que corresponde a la frecuencia con que las personas son objeto de hechos de violencia-es motivo de debate en muchos países. Los porcentajes de encuestados que expresan temor a ser objeto de ciertos delitos usualmente superan con creces a los que son víctimas de los mismos en un año. Hay quienes explican esta diferencia como el resultado de la influencia de los medios de comunicación que incentivan la ansiedad de las personas. Otras opiniones presentan -en cambio- una visión discrepante, afirmando que el temor no es más que una manifestación directa de la realidad de violencia que afecta a la sociedad. La verdad es que contamos con información limitada sobre el impacto real de los medios como para determinar cual de ambas posiciones es correcta. Especialmente, porque aquí no sólo importa lo que éstos "dicen" y "proyectan ", sino que también el cómo esa información es recibida y procesada por la ciudadanía.

Es este proceso de recepción e interpretación de noticias -subjetivo y tan amplio como sujetos existen- el que dificulta la determinación objetiva de la influencia de los medios de comunicación sobre la sensación de inseguridad que prevalece en la ciudadanía, puesto que el mensaje que entreguen los medios de comuni-cación puede o no generar temor, dependiendo de las circunstancias de vida de cada sujeto que lo recibe, así como de sus prioridades, motivaciones y creencias.

A pesar de lo anterior, el receptor de noticias bien informado debe tener conciencia que por razones muy diversas los medios reflejan sólo aspectos de la realidad, lo que resulta especialmente cierto para el caso del crimen, por tratarse de un fenómeno difuso y por lo demás clandestino. Muchas veces los aspectos de la realidad que se muestran son excepcionales y pueden contribuir a dibujar una imagen poco proporcionada a la realidad que se vive.

De acuerdo a las investigaciones desarrolladas por el Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, lo que presentan nuestros medios es el resultado de un proceso de selección de la noticia. Lo que llega a nuestros televisores, radios o diarios ha pasado previamente por un conjunto de actores que han determinado cual fragmento de la realidad conoce la luz pública. Un segundo proceso de selección ocurre en el mismo medio de comunicación, cuando se revisan los acontecimientos ocurridos y se decide cuál se va a cubrir con mayor profundidad. Esta selección pasa por el criterio de periodistas -que deciden qué acontecimientos presentarle al editor- y por el editor, quién ejerce el filtro final sobre los acontecimientos que se van a cubrir y dar a conocer.

Un segundo aspecto hace referencia a los criterios utilizados para seleccionar los acontecimientos que parecen más interesantes para presentar públicamente. Estos criterios van desde la elección o descarte -dependiendo del medio- del tipo de acontecimiento o actor involucrado, lo que genera que si un sujeto se informa sólo en base a lo que entrega un solo medio, probablemente esté mas informado de cierto tipo de acontecimientos y crea que los otros no ocurren. Es el caso de los medios que informan o no informan sobre violaciones, suicidios, delitos donde están involucrados menores, entre otros criterios.

Otro tipo de criterios tienen que ver con la posición ideológica que puede tener el medio con respecto de la policía, el gobierno o los tribunales. Asimismo, juega un rol fundamental en este proceso de selección lo llamativo del acontecimiento y su potencial para atraer al consumidor de noticias y por tanto a la publicidad en el medio. De allí que se elijan aquellos hechos que pueden ser más atractivos para la ciudadanía por su grado de espectacularidad, lo curioso o anecdótico que resultan, por el tipo de sujeto que se ve involucrado (alguien famoso o de nivel socioeconómico alto), y por el drama humano que contienen, entre otros factores. El problema es que los hechos que forman parte de la noticia no son presentados como si fueran excepciones, o como si fueran los acontecimientos mas interesantes de la jornada, sino que se les expone como representativos de lo ocurrido en el día. De manera que la sensación que le queda a la ciudadanía es que lo cotidiano son estos acontecimientos muchas veces excepcionales, o al menos minoritarios.

El proceso de selección de la información dada a conocer se ve influído también por la capacidad operativa que tienen los medios para cubrir los acontecimientos del día. De esta forma, un aconte-cimiento muy interesante, pero que ha ocurrido muy lejos y para el cuál no se alcanzará a obtener la información o la imagen necesaria al momento del cierre de la edición, queda fuera del universo de noticias.

Por último, los formatos de tiempo y espacio de los medios también limitan el universo de acontecimientos que se presentan y la profundidad con la que se describen estos hechos, por lo que la ciudadanía obtiene información superficial de lo ocurrido. En ocasiones el escaso tiempo de reporteo no permite dar mayor profundidad a la noticia, en otros casos, los límites de tiempo -especialmente en televisión- no permiten presentar una noticia en mayor profundidad.

En conclusión, las noticias presentadas por los medios son el resultado de un largo proceso de selección que obedece a criterios respecto de los cuales el receptor de noticias no tiene a veces conciencia.

Como una forma de afirmar lo anterior y desde otro punto de vista, sirven algunas cifras preliminares obtenidas por el Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana, referidas a la cobertura que proporcionan los noticiarios de televisión a los acontecimientos de violencia y criminalidad.

En primer lugar, la cantidad de noticias dedicadas a temas de seguridad ciudadana -en televisión- alcanza el 34% del noticiero (excluyendo la sección deportes y cultura-espectáculos), dejando la sensación en la ciudadanía que un tercio de lo que ocurre en Chile tiene relación con criminalidad. Por otra parte, casi el 87% de las noticias de seguridad son relativas a la ocurrencia de hechos de violencia o criminalidad, y sólo el 12% tratan de discusiones sobre las políticas para enfrentar este fenómeno. El desglose de los acontecimientos de violencia y criminalidad que son cubiertos por los medios de comunicación deja en evidencia que existe una desproporción entre lo que se muestra y las cifras que existen sobre lo que ocurre. Así es como, los acontecimientos de violencia intrafamiliar representan apenas el 1.4% de las noticias de violencia y criminalidad, los delitos sexuales dentro de la familia el 0.4%, hurtos y asaltos en la vía pública sólo un 2.3% y robo de vehículos un 2.7%. Todos tienen muy baja presencia en los noticieros, a pesar de su frecuente ocurrencia, según las estadísticas conocidas.

Así mismo, otros acontecimientos tienen una cobertura bastante mayor por parte de los medios de comunicación, a pesar de su menor ocurrencia. Esto sucede por ejemplo con los homicidios (que son el 12% de las noticias de violencia y criminalidad), el reagrupamiento de grupos terroristas (9%) y el secuestro de personas (5%).

Estos datos reflejan que la selección de los acontecimientos que se presentan al público no es un reflejo cierto de la realidad, sino que responde a lo que a los medios les parece más interesante mostrar, reflejando así una realidad de violencia y criminalidad muy diferente a la que existe.

De lo dicho se desprenden dos líneas de acción para avanzar hacia una sensación de inseguridad acorde a la realidad: una entrega noticiosa bajo criterios de representatividad e importancia real del acontecimiento para el desarrollo nacional y, una ciudadanía activa y crítica en los procesos de recepción de noticias.

 

AGENDA PÚBLICA / AÑO I– N° 1- Diciembre 2002

®Agenda Pública, Preparada por el Departamento de Gobierno y Gestión Pública
del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.