AÑO II - Nº2, MAYO 2003
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ISSN 0718-123X   

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EDITORIAL
 

INTERÉS PÚBLICO

"Transferencias inter gubernamentales como un mecanismo de compensación territorial. El caso del fondo común municipal".
Leonardo Letelier

"Algunas limitaciones de las encuestas telefónicas en los estudios de opinión pública" .
Gustavo Martínez.

"Desafíos de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública".
Cristian Pliscoff.

 

OPINIÓN

Guerra en Irak a la manera de "El Principe".
Ricardo Hormazábal.

 
AGENDA

Metas del milenio para Chile

El INAP y la Fondation Nationale Des Sciences Polítiques Et l´Institut d´Études Politiques de París (SCIENES PO) firman acuerdo de cooperación.

Académicos del INAP entregaron sus visiones respecto a la guerra en Irak en conferencia de prensa.

El Departamento de Gobierno y Gestión Pública y el Departamento de Ciencia Política del INAP, inician sus magíster 2003.

Se inicia transmisión radial de la cátedra directorial de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública.

Departamento de Políticas Públicas participa en la presentación del libro "La escuela y la (des)igualdad".

Seminario "El control y la fiscalización de los actos del gobierno en Chile".

 

NUMEROS ANTERIORES

 

Actualidad y Desafíos de la Escuela de Gobierno y Gestión Publica

Cristián Pliscoff
Escuela de Gobierno y Gestión Pública

 

El profesor Cristian Pliscoff, Director de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública del INAP, analiza la situación actual de la Escuela desde una perspectiva histórica y proyectada hacia el futuro.

La historia de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad de Chile, tiene como fecha de fundación el año 1954. Desde esa fecha, la Escuela ha jugado un rol fundamental en la formación de administradores públicos orientados a ser parte de los equipos profesionales involucrados en los procesos de reforma y modernización a los que se ha visto enfrentado el Estado, así como también a la profesionalización de la función pública. Con esta idea en mente nace la Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas, dependiente de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, pionera en el estudio de las ciencias políticas, del estado y de los fenómenos sociales relacionados con la administración pública.

Desde ese entonces la administración pública, la ciencia política y los asuntos públicos en general, han sido el centro de preocupación del quehacer en la escuela y numerosos son los aportes que ella ha hecho al mejoramiento de la función pública. Cerca de tres mil son los administradores públicos que la escuela ha formado en su historia; importantes líderes de países americanos, políticos nacionales, diplomáticos, funcionarios internacionales y académicos cuentan entre los alumnos destacados que egresaron de nuestras aulas y que ostentan el título profesional de Administrador Público de la Universidad de Chile.

La Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas deja de pertenecer a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales en 1975 y a partir de ese año comienza un peregrinaje por diferentes instituciones de la Universidad, que terminaron desgastando el trabajo que se había logrado construir hasta esa fecha. Sin duda alguna, el período del régimen militar, con su propuesta de un estado mínimo, no fue un escenario adecuado y pertinente para el desarrollo y consolidación de nuestra disciplina y en particular de nuestra Escuela. El proyecto político económico de ese gobierno llevaba implícitas premisas ideológicas que dejaban fuera el desarrollo de una disciplina orientada al estudio del estado y la gestión pública. Esto produjo que paulatinamente la reflexión acerca de la administración pública cediera su lugar a otras disciplinas más afines con este proyecto. En este contexto histórico político, la Escuela se inserta en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas en el año 1976 y bajo el nombre de Escuela de Administración Pública permanece en ese lugar hasta 1986. En ese año se le trasladada al Instituto de Ciencia Política, donde mantiene abierto el ingreso por sólo un año en condiciones normales, ya que en 1987 se cierra el ingreso a nuevos alumnos y comienza el proceso definitivo hacia el cierre de la escuela.

Con el término del gobierno militar y el retorno a la democracia se revierte este proceso. Ese año 1991 fue muy especial para nuestra profesión, puesto que nuevamente la Universidad de Chile confiaba en la idea de formar administradores públicos para los nuevos tiempos que vivía el país. El trabajo, que se expresó en el ingreso de nuevos alumnos y un nuevo plan de estudios, fue el producto de una ardua labor de distintos personajes de ese momento, particularmente del Profesor Guillermo Ríos Vejar, quien puso todo su interés y esfuerzo para lograr finalmente que ese año se empezaran a crear las bases hacia la definición de una nueva Escuela, y en definitiva de un nuevo proyecto, donde los administradores públicos fuésemos los verdaderos actores. El esquema administrativo que se optó fue la adscripción de la Escuela (en ese momento con la figura de programa) al Instituto de Ciencia Política, lugar que si bien es cierto no fue el óptimo, permitió a la futura Escuela, empezar a retomar el trabajo que se había dejado pendiente con el cierre de la matrícula.

Este período de trabajo conjunto con el ex Instituto de Ciencia Política de la Universidad de Chile, estuvo marcado por muchos altos y bajos, que finalmente se expresaron en la separación de la Escuela de esta institución, para pasar temporalmente a la Vicerrectoría Académica de nuestra Universidad en 1999. Esta nueva dependencia se estableció de manera temporal, hasta definir un lugar adecuado y pertinente, donde se pudiera desarrollar en plenitud, en una estructura universitaria real y coherente a sus necesidades.

Así, en noviembre de 2001, se definió con la aprobación y apoyo por parte del propio rector Luis Riveros y del Consejo Universitario, que la creación de una nueva estructura realmente orientada a enfrentar las grandes problemáticas públicas donde se unieran a las unidades académicas que trabajaban en torno a este fenómeno, era lo que la Universidad de Chile y la Escuela requería para consolidarse y proyectar su función en el ámbito de los asuntos públicos. De esta forma, con la Escuela de Gobierno y Gestión Pública como la Escuela de pregrado del Instituto de Asuntos Públicos y el establecimiento del Departamento de Gobierno y Gestión Pública del INAP, se enfrenta de manera decidida y frontal el problema del lugar que toda Escuela y muy especialmente toda disciplina, debe tener dentro de la Universidad. Del mismo modo, se da una señal clara en lo que respecta a la consolidación de un área académica, y significa a fin de cuentas contar con un espacio regular dentro de la estructura universitaria, que permite la creación de un espacio adecuado para desarrollar la profesión y la disciplina. Esta nueva institucionalidad es la que toda institución universitaria se merece.

Este nuevo espacio, no podría haber sido creado sin el trabajo de los profesores, los funcionarios y muy especialmente de los alumnos, que desde siempre han entendido que la Escuela merece un espacio realmente universitario donde desarrollar todas su potencialidades. El Instituto de Asuntos Públicos, es ese espacio que se nos presenta como un área donde los futuros administradores públicos pueden formarse en un ambiente universitario donde las funciones de docencia, investigación y extensión se relacionan, para entregar una enseñanza pertinente y adecuada a los requerimientos de un estado dinámico y en constante evolución.

En este escenario y para estar a la altura de los nuevos desafío académicos, se ha puesto en marcha el nuevo plan de estudios de la carrera (D.E. Nº0017189 del 16 de octubre de 2002), que contempla una malla conducente al grado académico de Licenciado en Ciencias Políticas y Gubernamentales, con dos menciones: Ciencia Política y Gestión Pública, para luego en el examen de título optar al título profesional de Administrador Público. Este tipo de formación nos permite integrar a la Escuela con los demás departamentos del Instituto de Asuntos Públicos. Cada uno de ellos desde su particular visión de ver la política, contribuyen a que la formación de los futuros administradores públicos, incluya las dinámicas propias de la política, de las políticas y de la propia gestión pública, reforzando de esta manera la formación multidisciplinaria de la carrera.

En esta nueva etapa de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, comienzan a darse pasos firmes y seguros hacia la consolidación. El grupo de profesores se ha renovado y se integran importantes académicos nacionales, que en el Departamento de Gobierno y Gestión Pública desarrollan proyectos de investigación de gran interés nacional además de la formación en el post grado, lo que conectado con la docencia en la propia Escuela, logra una relación estrecha entre investigación y enseñanza en aula.

El contexto social en que se desenvuelven los administradores públicos está lleno de problemas y desafíos, está marcado por los cambios y la evolución. Por esto un profesional de la administración pública de la Universidad de Chile representa hoy una pieza clave para los cambios que reclama la ciudadanía hacia el Estado y en general hacia la forma de organizar la vida cívica en nuestro país. Los profesionales del sector público necesitan hoy además de una alta capacidad técnica, una formación integral, holística y ética que logre impregnar al aparato público de dinamismo, efectividad, creatividad y participación para la construcción de un país democrático, solidario y justo. En esto se empeña profundamente la Escuela de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad de Chile y avanza en el Instituto de Asuntos Públicos hacia el logro de tales objetivos.

Pero en este nuevo esquema universitario y social en que se desarrolla la labor de formación de la Escuela, surge una larga lista de desafíos que van a marcar el futuro de la formación de las administradores públicos de la Universidad de Chile. Primero, el desarrollo de metodologías de enseñanza que combinen efectivamente la dimensión teórica de los fenómenos con la práctica. Segundo, la definición de programas de estudio que combinen los contenidos fundamentales, con la necesaria renovación constante que todo proceso formativo debe permitir. Tercero, seguir participando de las iniciativas que ha definido nuestra Universidad para reformar la enseñanza del pregrado, particularmente en lo que se refiere a la formación general y la formación básica. Cuarto, fortalecer la formación ética, generando espacios en cada ramo para desarrollar valores y principios, fundamentales para el ejercicio profesional. Quinto, establecer mecanismos efectivos de relación entre la universidad y las instituciones en que nuestros alumnos van a desempeñar funciones, por medio de prácticas y pre prácticas que permitan una mejor inserción laboral. Sexto, desarrollar mecanismos efectivos de relación entre nuestros alumnos y la comunidad para desarrollar el espíritu de servicio público, presente en nuestros alumnos.

Los desafíos mencionados reflejan el nuevo espíritu que orienta a profesores, funcionarios y estudiantes a trabajar en pos de una mejor formación en la Escuela. El Instituto de Asuntos Públicos es el espacio institucional en donde estos desafíos se pueden empezar a concretar. Estamos seguros que este proyecto nos ayudará a sentar las bases necesarias para proyectar y crecer como disciplina y como profesión.

La posición en la que se encuentra hoy la escuela de Gobierno y Gestión Pública, permite pensarla a futuro como un centro de referencia y de gran importancia a nivel nacional y latinoamericano, preocupado especialmente de la formación de profesionales para el ámbito público nacional e internacional. Junto con ello nos da la oportunidad de mostrarnos a la comunidad e interactuar con los distintos sectores de la sociedad civil abriendo un espacio de diálogo e interacción de gran riqueza, pero por sobre todo nos permite pensar a la Universidad de Chile como un agente activo en las transformaciones del Estado de Chile a través de la formación de administradores públicos. Como Escuela de Gobierno y Gestión Pública nos sentimos comprometidos con el proyecto de país que implica el formar parte de la Universidad de Chile. Realmente creemos en una universidad que se proyecta hacia los grandes temas del país, creando así un mejor ambiente y un mejor bienestar para cada uno de los chilenos y chilenas que forman parte de este país.

 

AGENDA PÚBLICA / AÑO II– N° 2- Mayo 2003

®Agenda Pública, Preparada por el Departamento de Gobierno y Gestión Pública
del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.